En un estudio de laboratorio realizado con dos loros, especialistas del Instituto de Neurociencias de San Diego (EE.UU.) descubrieron que estas aves son sensibles a la música que escuchan y se mueven con ella. Lo mismo ocurre con algunos elefantes. Sin embargo, los investigadores no encontraron evidencias de ese comportamiento en perros y gatos, a pesar de que están más acostumbrados a vivir entre humanos y la música es común en sus vidas.
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